No fue sino hasta que estaba en el control antidopaje que la marchista ecuatoriana Paola Pérez se enteraba que había terminado en novena posición. Conversando con los entrenadores de la delegación tricolor les dice: “Era que me diga para darle más rápido” y ríe.

“Realmente uno en los últimos kilómetros lo único que quiere es finalizar la prueba. Cuando estaba para el doping me dijeron que había quedado novena y que estaba muy cerca del diploma, si alguien me gritaba, la luchaba un poco más, sin embargo, luché hasta el final”, dijo Pérez.

La andarina azuaya le dio con todo desde principio a fin. Permaneció hasta el kilómetro 16 corriendo en el grupo líder a un ritmo de competencia bastante exigente. Allí estaba peleando contra las mejores del ranking mundial.

“Esta es una experiencia más, muy contenta por el resultado hecho con ese dolor de estar muy cerca del diploma olímpico, hemos trabajado muy fuerte para eso. Quiero agradecer a mi familia, mi esposo, mi entrenador, principalmente a mis papás, a todos los que me han apoyado, la empresa privada, el Comité Olímpico, ha sido un gran trabajo”, dijo.

Al final cronometró 1:31:26, dos segundos más que su antecesora, la griega Antigoni Ntrismpioti. La ganadora fue la italiana Antonella Palmisano (1:29:12). Karla Jaramillo finalizó en el puesto 28 con 1:36:32. Glenda Morejón no pudo terminar la prueba debido a molestias estomacales.

“Estoy muy contenta de estar aquí ahora ya ser una atleta olímpica, ha sido muy largo, muy difícil el camino para llegar acá. Gracias a Dios, mis padres, mi entrenador que a la distancia me están apoyando, entré en el puesto 28. Sé que hay que seguir trabajando, hay que seguir dando los sueños siempre están ahí, pero uno tiene que seguir perseverando”, dijo Jaramillo.