Miguel Olvera: “Estar en unos Juegos Olímpicos es lo más inolvidable”

Miguel Olvera: “Estar en unos Juegos Olímpicos es lo más inolvidable”

En un breve recorrido por las instalaciones del Museo del Comité Olímpico Ecuatoriano Alberto Jarrín Jaramillo, la ex gloria del tenis nacional revivió las más grandes hazañas deportivas de nuestra historia y recordó sus experiencias en el Olimpismo. En su visita nos dejó su libro, el cual ya reposa en una de las vitrinas de exhibición.

Parece que el tiempo no ha pasado, y el incansable Miguel Olvera, como él mismo se cataloga, tiene entre sus recuerdos tantas anécdotas, que lo llenan de orgullo tras haber representado al país en múltiples eventos tanto profesionales como del Ciclo Olímpico.

“Yo estuve en Bolivarianos, Panamericanos y Juegos Olímpicos, cuántos deportistas han hecho eso, gané medallas de oro, plata y bronce. En los Bolivarianos de 1970 en Venezuela sacamos medalla de oro, llegamos a semifinales en los Juegos Olímpicos México 1968, casi sacamos medallas en dobles mixto con Ana María Ycaza”, son algunos de los triunfos que forman parte de su larga trayectoria.

En 1960, se convirtió en el primer jugador extranjero y el primer no cabeza de serie en ganar el Masters de Cincinnati. En el 67, en Guayaquil, Olvera y su compañero de equipo de Copa Davis Pancho Guzmán lograron una sorprendente victoria frente al poderoso equipo de Estados Unidos… Todas estas anécdotas las amplía en su libro “El incansable Miguel Olvera, la historia de un campeón”

“Son muchísimas anécdotas, de partidos, con amigos tenistas, alumnos. Andres Gómez entrenó conmigo 10 años seguidos, a los 18 ya empezó el profesionalismo y bueno ya tuvo su propio equipo”, recuerda.

Hoy a sus 83 años, Olvera continúa trabajando por el legado para las nuevas generaciones, como director técnico de la escuela del Centro Nacional de Tenis de la Federación Ecuatoriana. Allí entrena a niños y jóvenes.

“Hay cualquier cantidad de niños y jóvenes que quieren y tienen buenas condiciones para ser jugadores de tenis, pero es un deporte sumamente difícil, por las condiciones la parte mental del jugador…”.

Reconoce que la disciplina ha cambiado muchísimo desde que él la practicaba, pero no deja de soñar con que en algún momento el país tenga a una deportista mujer en la élite profesional, tal como ya ha ocurrido a nivel masculino con Andrés Gómez y Nicolás Lapentti.

Por eso considera sumamente importante mantener espacios como el Museo Olímpico del COE para que la historia del deporte ecuatoriano y sus logros se transmita a las futuras generaciones.