La semana que pasó en la Villa Panamericana, había sido difícil para la ciclista que no ocultaba su tristeza debido a que el dolor estaba latente por el fallecimiento de su abuelito, pocas horas antes de viajar a Santiago.

Don José Guamán era una de las razones de su vida y quien la alentaba siempre, cada vez que viajaba a representar al país en competencias internacionales…

“Hace ocho días mi abuelito falleció y han sido momentos difíciles para la familia… Creo que nadie está preparado para perder a un ser querido; pero en carrera pensé en él y en mi familia queriendo regalarles una alegría y así asimilar un poco el dolor que estamos pasando ahora…”

Ya en la ruta, Miryam tenía las cosas claras y sabia dónde y cuándo atacar gracias a gente del ciclismo que ha estado a su lado siempre… “La luché varias veces e intenté salir después de mitad de carrera que era lo que habíamos hablado con el director del equipo y con los compañeros, como Richard (Carapaz) y Jonathan (Narváez), quienes me dieron consejos para armar la fuga en el momento preciso, lo que logré y me sirvió para ganar la medalla de plata…”.

Sin duda el triunfo es para destacarlos eternamente porque nuestra deportista se la jugó sola para llegar al podio, sin compañeras de equipo como si los tenían otros países, de ahi que es digno celebralo, incluso con sus rivales de competencia.. “Las chicas con las que competí me han felicitado viniendo a verme porque saben que lo que conseguí no es fácil y me lo recalcan con muestras de cariño y mensajes que me alivian este dolor que estoy pasando”.

Por último, nuestra vicecampeona panamericana recalcó que esta medalla tiene una dedicatoria única… “Este logro es para el angelito que está en el cielo y se que mi abuelito, desde allá, estará haciendo fiesta por mi triunfo…”.