Génesis Reasco es una joven de 25 años que en 2014 decidió dejar a su familia en su original Esmeraldas para abrirse paso al deporte. Desde entonces vive en Portoviejo junto a sus tres hermanas y dos sobrinos, uno de ellos también practica su pasión: la lucha.
Para enfocarse más en esta disciplina, que la ha llevado a conseguir logros internacionales importantes para el país, decidió hacer una pausa en su carrera universitaria de Agronomía. Pues su principal objetivo siempre estuvo puesto en llegar a los Juegos Olímpicos.
En el Clasificatorio de Acapulco, se hizo posible tras superar sin mayores inconvenientes a Emelyn Bautista (10-0), de República Dominicana, y por el boleto a París a María José Acosta (5-0), de Venezuela.
“Fue una felicidad inexplicable haber logrado uno de mi más grandes sueños que es estar en unos Juegos Olímpicos. Es algo que siempre soñé y lograrlo me hace dar cuenta que todo valió la pena. Es una felicidad que no se la puedo explicar, porque va mucho más allá de todo lo que se tuvo que pasar para lograrlo”, comentó Génesis.
Su trayectoria no ha sido fácil, y asegura que ha pasado “por muchas necesidades” junto a su familia para alcanzar este objetivo. Eso sumado a todos los sacrificios que debe sortear como no pasar fechas importantes junto a sus padres, o “no disfrutar normalmente la vida” como lo hacen los jóvenes a su edad.
“Todo esto ha sido muy difícil, principalmente cuando casi nadie cree en ti, tienes que trabajar el doble o el triple. Pero créame que todo vale la pena, al final cuando ves que todo eso dio sus resultados”.
Su familia ha sido su pilar fundamental, quienes han estado en los buenos y malos momentos, dice. Por eso celebraron con mucha emoción este logro. Sus compañeras de entrenamiento y su entrenador la fueron a recibir al aeropuerto.
COMPETENCIA
Génesis viene de un proceso en el que ha demostrado gran desempeño, ubicándose entre las mejores del mundo en el ranking de los 76 kg. Eso se vio reflejado en los eventos de México donde se coronó campeona en el Panamericano, y a semana seguida alcanzó el boleto olímpico en el Clasificatorio, sin que le marquen un solo punto.
“Hubo mucha diferencia con el proceso anterior. Mayor madurez deportiva, mayor aprendizaje. Hubo más apoyo para la preparación fuera del país, mayor rose competitivo. Y a medida de qué pasa el tiempo vas madurando y aprendiendo de cada competencia, y vas cambiando tu forma de pensar y de ver las cosas”.
Desde antes de participar en los certámenes, Génesis “tenía la confianza y fe en Dios que lo iba a lograr”, pero también el “quedar campeona panamericana me inspiró mucho más, me dio más motivación”. “La verdad traté siempre de disfrutar las dos competencias”.
Ahora rumbo a París espera prepararse de la mejor manera para no solo competir en los Juegos Olímpicos, sino llegar al podio. En el plano personal quiere retomar sus estudios universitarios y continuar ayudando a sus hermanas y a sus padres que viven en Esmeraldas.
“Soy una deportista que ha pasado por muchas necesidades y siempre me he esforzado el doble o el triple para sacar a mi familia a delante, lo que yo le dijera (a las autoridades) es que me den su apoyo con una casa o un terreno”.